miércoles, 16 de marzo de 2016

Errores que no debes cometer si quieres conseguir ese puesto de trabajo

A pesar de tener un buen currículo, hoy en día la entrevista es muy importante. Te detallamos 15 errores que no debes cometer en una entrevista de trabajo.





1. No ilusionarse en exceso.
Llegar a una entrevista de trabajo es difícil, pero superarla es todo un reto de preparación y solvencia contigo mismo. Un error muy común, desde mi punto de vista, es que hay personas que se ilusionan en exceso, y eso puede llevarles a un exceso de confianza que haga crecer los errores.


2. Llegar sin los deberes hechos.
No haber buscado toda la información posible sobre la compañía y sobre el puesto es otro de los graves errores. Si de verdad quieres conseguir un trabajo debes preparar la entrevista como si se tratara del último examen de tu vida –y probablemente lo será, hasta que cierre la empresa, te echen o te marches a otro lado–.

En primer lugar tienes que saber bien a qué puesto estás optando y cómo es la empresa que te va a hacer la entrevista. Esto parece baladí, pero lo cierto es que mucha gente acude a los procesos de selección sin saber muy bien donde se está metiendo. Para prepararse correctamente una entrevista de trabajo hay que investigar lo máximo posible sobre la empresa a la que se acude. No está de más saber quienes son sus accionistas, qué perfil ideológico tienen los dirigentes, cuántos empleados tiene, si el negocio va bien o mal, la reputación que tiene en el sector… Cualquier información puede ser útil en el transcurso de la entrevista, y los responsables de recursos humanos valorarán positivamente a aquellos candidatos que se hayan preocupado por conocer la empresa.

Gran parte de esta información podrás encontrarla en Internet, pero mucha otra no, por lo que no es mala idea buscar algún contacto en la empresa con el que podamos hablar antes de enfrentarnos a la entrevista. Con un poco de suerte incluso puede que conozca al entrevistador y pueda darnos alguna pista que nos sea útil.

Nunca acudas a la cita con el entrevistador sin haberte informado previamente acerca de la persona con la que te vas a encontrar. Tampoco debes presentarte en una empresa sin haber recopilado información sobre la misma y las últimas noticias publicadas en prensa.

3. Llegar tarde.
Aunque parezca increíble, es un error muy habitual. Antes de ir a una entrevista de trabajo debemos saber perfectamente dónde va a tener lugar y cuánto vamos a tardar en llegar allí. Lo mejor, claro está, es que vayamos con tiempo de sobra, aunque tengamos que estar dando vueltas a la manzana hasta que llegue la hora acordada.

No llegar en hora a la entrevista de trabajo significará perder unos puntos muy positivos frente al entrevistador y empezar con muy mal pie el proceso.

4. Descuidar la imagen, el vocabulario y las expresiones.
Lo importante en cuestiones de vestimenta: vestirse acorde con la posición y con la cultura de la empresa. La apariencia, por mucho que lo nieguen los responsables de recursos humanos, sigue siendo un aspecto que se tiene muy en cuenta en las entrevistas de trabajo y uno de los puntos donde más errores se comenten. Para elegir el atuendo adecuado con el que debemos presentarnos en una entrevista debemos saber antes cómo van vestidos los empleados de la empresa.

Se debe evitar un vocabulario vulgar o expresiones demasiado coloquiales.

No es recomendable usar perfumes fuertes, gafas de sol, ni modelos extravagantes. Cualquier cosa que pueda sorprender al entrevistador podría distraerle de lo que verdaderamente importa, que son tus habilidades para afrontar el trabajo.

5. Decir lo que el entrevistador quiere oír.
Los entrevistadores valoran positivamente la sinceridad del entrevistado y, como dice el refrán, se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Tratar de decir lo que pensamos que quiere escuchar quién nos hace la entrevista no sirve de nada, pues nos hará perder naturalidad, que es uno de los aspectos que, precisamente, más se tienen en cuenta. Si sonamos forzados estaremos perdiendo puntos.

Lo mejor para evitar este error es acudir a las entrevistas viéndolas más como un encuentro entre profesionales que como un paso ineludible para que te den un trabajo. Si en el transcurso de una entrevista te das cuenta de que el puesto no es como creías, que la empresa tiene unos horarios imposibles, que el sueldo no es nada del otro mundo… ¿Realmente quieres optar por el puesto? Tal y como están las cosas, quizás sí, pero desde luego no es lo ideal. Y si mientes, lo van a notar y va a ser peor.

6. Asumir que el entrevistador es el que manda.
Al acudir a una entrevista es habitual sentirse en una posición de autoridad inferior a la del entrevistador. Es algo normal, teniendo en cuenta que la mayoría de entrevistadores tratan de mostrar más autoridad de la que tienen. Pero… ¿Realmente está el entrevistador en una situación más cómoda? Lo cierto es que, en muchas ocasiones, no lo está. Tú necesitas un trabajo, pero él/ella tiene mucha presión para contratar a las personas adecuadas. Contratar a un inútil o, peor aún, a alguien que mine la confianza del equipo, puede costarle el puesto a un responsable de recursos humanos. Visto así, no parece que esté en mejores condiciones.

Volviendo al consejo del anterior punto, es mejor pensar en las entrevistas de trabajo como si fueran reuniones profesionales, donde cada uno está haciéndolo lo mejor que puede. Esto liberará muchas tensiones y te hará sentir que estás tratando con alguien en igualdad de condiciones.

7. Exagerar la formación o la experiencia en el currículo.
Este es un error previo a la entrevista, que se comete en la elaboración del currículum vítae, pero que sale a relucir siempre en ésta. Es, quizás, el peor de los fallos que se pueden cometer e, inexplicablemente, el más habitual. Lo primero que hace un responsable de recursos humanos es comprobar que lo que se dice en el CV es cierto.

Mentir solo sirve para que el entrevistador se lleve la peor de las impresiones. Sin embargo, si uno es sincero en el currículo, puede llegar a sorprender de forma muy positiva a la persona que hace la entrevista que, casi por defecto profesional, se espera que el CV esté sobredimensionado y exagerado. En definitiva, eso de poner “nivel de inglés alto” y no saber mantener una conversión no cuela. Y lo normal es que te pillen.

8. Dejar que el entrevistador haga todas las preguntas.
Aunque el entrevistador es quien va a dirigir la entrevista, es un error dejar que sea él el que haga todas las preguntas. Al fin y al cabo, lo que está en juego es un contrato, un acuerdo entre dos partes, por lo que el candidato también tiene preguntas que hacer: ¿cuáles son las condiciones? ¿Qué responsabilidades concretas tiene el puesto? ¿Es necesario viajar? ¿El horario es fijo o podría cambiar en el tiempo? Plantear este tipo de cuestiones no resulta una intromisión, sino algo legítimo que el entrevistador va a valorar positivamente, en la medida en que va a ver un interés y una motivación por el puesto.

Saber hacer las preguntas adecuadas nos proporciona dos ventajas, por un lado estaremos causando una buena impresión, y por otro obtendremos respuestas que nos harán valorar adecuadamente el puesto al que optamos. No hacer una sola pregunta en toda la entrevista, sobre todo si, tras finalizarla, como es habitual, el entrevistador dice “¿Tienes alguna pregunta?” es un error gigantesco que no se debe pasar por alto.

9. Interrumpir al interlocutor.
Espera el momento para intervenir, deja que el consultor formule las preguntas y tómate tu tiempo antes de contestar, evita cometer el error de precipitarte. Recuerda que deberías haber preparado la entrevista y tener un cierto “guión y discurso” para resultar estructurado y coherente.

10. Alargar demasiado las respuestas.
Tus respuestas han de durar más de 20 segundos y menos de 2 minutos. No hace falta llevar un cronómetro para ser consciente de eso. Evita los monosílabos. No divagues a la hora de responder a las preguntas de tu entrevistador. Debes haber preparado la entrevista y saber resumir los principales hitos de tu trayectoria de manera estructurada. No evites entrar en los detalles “comprometidos” de tu trayectoria; si has sido despedido de tu antigua empresa debes comentarlo y explicar las razones que llevaron a la finalización de tu contrato.

11. Hablar mal de tu antiguo puesto de trabajo, de tus compañeros o de tu antiguo jefe.
En una entrevista es inevitable responder a preguntas sobre tus pasadas ocupaciones laborales, pero nunca, bajo ningún concepto, debes cometer el error de hablar mal de tus antiguos jefes. Pese a que te hayan hecho la vida imposible criticarles es siempre una mala idea, pues el entrevistador puede pensar –aunque no tenga razón– que quizás la culpa es tuya y puedes ser causa de problemas. Esto no quiere decir que no puedas hablar de cosas que no te gustaban de tus anteriores puestos de trabajo, pero solo si está justificado en la conversión y, en ningún caso, si incluyen críticas a tus antiguos jefes.

12. Falsear o ocultar datos de tu vida personal.
Genera desconfianza en el consultor o entrevistador es un error que puede suponer el final de tu participación en el proceso en cuestión. Un buen consultor sabrá detectar incoherencias en la vida profesional de un candidato. Adicionalmente el proceso de toma de referencias revelará cualquier omisión de información. No olvides que la confianza es la base de la empatía con un seleccionador. Seguramente vuestra relación puede durar años y podrá influir en diferentes momentos de tu carrera profesional, así que es mejor basar dicha relación en la confianza.

Crear una imagen que no encaja con lo que realmente eres, puede llegar a despistarte también con respecto a lo que quieres llegar a ser. Es mejor apostar por expresar en el currículo y durante la entrevista de trabajo quienes somos, cuáles son nuestras cualidades más destacadas y a qué estamos dispuestos a renunciar para ponerlas en marcha –en función de nuestras circunstancias personales–, que tratar de ajustar agrandando o rebajando nuestra experiencia, formación, conocimientos y habilidades a los requisitos que creemos que se están buscando.

13. Acudir a la entrevista con amigos y familiares.
Se trata de una reunión personal. Es lo que se conoce como padres helicóptero, que intervienen excesivamente en los procesos de selección de sus hijos, inquiriendo a los entrevistadores o pidiendo explicaciones a los empleadores son una influencia perjudicial para los candidatos. Las compañías ven en este tipo de “ayuda” innecesaria una falta de madurez o independencia de aquellos que buscan trabajo.

14. No apagar o silenciar el móvil.
El móvil, nuestro amigo inseparable. Apaga o silencia el móvil antes de entrar a la entrevista. Son muchos los casos de solicitantes que reciben llamadas o mensajes durante la entrevista. Y aunque no te lo creas, muchos de ellos incluso contestan estando en medio de la entrevista. Probablemente, ya lo has adivinado. Una simple de llamada mientras te entrevistas y tus oportunidades de conseguir el trabajo se reducirán a cero.

15. Hablar sobre sueldo, vacaciones o beneficios.
Es un tema fundamental, pero el candidato no debe reflejar inquietud por ello, o concederle la única o máxima importancia. Inquirir desde el primer momento por el sueldo, las vacaciones o los beneficios que se esperan obtener es un error que no debe cometerse.

El momento de hablar sobre ello, si se desconocen las condiciones antes, ha de iniciarlo el entrevistador. O bien cuando ofrezca la posibilidad de plantear alguna duda, al final de la entrevista. Pero hay que ser consciente de que, según la política de algunas empresas, es posible que no traten este tema en la primera prueba.

Y ahora... mucha suerte y energía para encontrar un trabajo!!

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